Estamos inmersos en una verdadera crisis económico-financiera, de la cual aún no hay vista de que pueda llegar a su fin.
Nos encontramos a finales de marzo del 2010 y las cosas, incluso van a ir empeorando. El paro sigue subiendo, la morosidad en las entidades financieras no baja, sino todo lo contrario, no hay actividad económica y lo que es aún peor, tanto los gobernantes, como los que pretenden serlo en algún futuro, no tienen ni idea de cómo dar una solución a tal problema que ya nos afecta a una inmensa mayoría de españoles.
Es más, esos gobernantes y los candidatos a serlo, están más preocupados unos en mantenerse en su puesto a base de soltar globos sonda que distraiga la atención de lo verdaderamente importante para la gente de este país, y los candidatos se dedican día tras día en intentar desgastar a los que manda para ganar votos y así poder llegar lo antes posible al nirvana de la Moncloa.
Lo que es evidente, es que de momento y por desgracia para todos nosotros, soluciones nadie nos da.
Entonces, ¿podríamos decir, también, que estamos en un sistema político decadente y en estado Terminal?.
Ya se encargaran de entre todos los que están montados en este juego del poder, de que así no sea. Es más llevan desde hace más de treinta años, intentando demostrar que este sistema es el mejor que podemos tener, dadas las pasadas experiencias.
Nada más lejos de la realidad, ya que se trata del “mejor sistema político”, que han querido por intereses, que sea el mejor que podemos tener.
Volviendo al enorme problema que nos plantea el título de este pensamiento, sobra decir que en los años setenta se empezó a introducir un sistema económico más liberal, donde el mismo mercado debía de regular cualquier síntoma de crisis, siendo la iniciativa privada la que al final solucionaría cualquier problema.
Atrás quedaba un sistema económico, bastante regularizado y controlado por el poder público, donde se marcaban los precios de los bienes y servicios, y habían empresas de ámbito estatal que proporcionaban esos servicios a los ciudadanos.
Pues bien, todo ese liberalismo económico, ha desembocado a inculcar que todas las personas debemos de tenerlo todo, si no se tiene, se debe de comprar y si no se tiene para comprarlo, tienes todas las facilidades financieras posibles para adquirirlo.
Se ha ido trabajando, como ya he comentado, desde hace tiempo en ese sentido. ¿Cuál es el problema?, que este sistema, funciona contra la cuenta de resultados de las empresas. Cuanto más elevada sea esa cuenta de resultados, más se exige que para el próximo año aumente. Inculcando así un consumismo bestial, para poder mantener ese ritmo de ganancias.
Mientras las cosas han ido bien, todo parecía ser el Paraíso Terrenal, la gente tiene trabajo y por tanto no para de consumir, y las empresas no para de producir y dar servicios, así como en medio de este juego las entidades financieras no paran de financiar tanto a una parte como a la otra, para que el juego del consumo no pare.
Pero como ya nos enseñaron, en la economía, tanto los bienes, como el factor trabajo, son limitados. Y por esa misma razón, todo el juego montado, alrededor del consumismo, debe de tener un techo. Y ese techo, que también lo podríamos llamar “burbuja”, se desinfla, puede ocasionar verdaderos problemas en una sociedad.
Cuando esto ocurre y se puede ver lo devastador que puede llegar a ser el vendaval capitalismo, debemos de hacer un acto de reflexión y plantearnos si realmente es este el sistema económico ideal para nuestra sociedad o es el momento ideal para realizar un cambio. ¿Qué cambio?. Buena pregunta.
Un cambio que debe de afectar tanto en lo económico, como en lo social.
En lo económico, pienso que deberíamos volver a plantearnos, que el poder público (Estado), empezara ha tener de nuevo un papel más importante dentro del mercado, marcando ciertas pautas tanto de precios como de empleos (¿reforma laboral?).
Un Estado, que ahora mismo, con la crisis que vivimos, ha realizado actuaciones muy leves en ese sentido y no han tenido el efecto esperado, ocasionando un déficit público enorme y para nada.
Un Estado, que viendo como día a día, el cáncer del paro no para de subir, la destrucción de empresas y autónomos no para y la falta de consumo y confianza de la sociedad no tiene freno. Ese Estado debe de actuar de una forma, si cabe, radical y desde ya.
Pues bien, uno de los problemas que ahora mismo hay en el mercado, es la falta de liquidez de las empresas y autónomos para poder hacer frente a todas sus obligaciones y poder fabricar sus productos, ofrecer sus servicios y a la vez que sean adquiridos por los ciudadanos, para así que la economía se reactive y se empiece a generar trabajo.
Esa liquidez que supuestamente la deben de inyectar las entidades financieras, no lo están haciendo debido a también tienen problemas y han recortado muy drásticamente la concesión de operaciones de crédito.
Aquí es donde tiene que plantearse el Estado en actuar.
Pienso que no es nada descabellado, que se cree una entidad financiera pública, con vocación a la concesión de operaciones de crédito a empresas y autónomos, para inyectar esa liquidez que les hace falta.
Pero no, lo que actualmente quieren fomentar, el ICO, que su misión es ceder los fondos para que las entidades financieras decidan a quien se los dan y a quien no.
Una entidad financiera que actúe como tal, con más flexibilidad que las privadas, pero con un criterio de riesgo y garantías para su devolución. ¿Qué puede ser muy costoso?, hoy día no es preciso tener presencia física y menos en este tipo de clientes que están más que acostumbrados a trabajar vía Internet. Por lo que montando una buena plataforma informática se podría llegar a toda la ciudadanía y con un menor coste.
Con una entidad financiera pública, yo casi estaría convencido que se podría empezar a ver la luz de este túnel que ya se está haciendo muy largo.
Ahora bien, para intentar garantizar un mayor éxito, también haría falta un cambio en lo social.
Un cambio en lo social enfocado en la educación de las personas. Que esas personas tengan unos valores totalmente íntegros, que sepan valorar en cada momento cuales son realmente sus necesidades y saber decir que no en cualquier momento.
Enseñar a las personas a no pisotearse unos a otros, a respetarse y a ser coherentes. Enseñar a las personas para que piensen por si solas y no dejarse influenciar ni manipular por cualquier ente que quiera decidir por ellas mismas.
Cuando todos valoremos que no podemos tenerlo todo, que es lo principal en nuestras vidas y sepamos tomar nuestras propias decisiones, sin manipulaciones de ideologías que lo único que quieren es llegar a sus metas a nuestra costa, será entonces cuando se habrá dado un gran paso para formar una sociedad mejor.
Por tanto y como fin, mi conclusión es un cambio en lo económico y un cambio en lo social.