jueves, 18 de octubre de 2018

Solidaridad y responsabilidad: las claves para un cambio de modelo

“Herederos de las generaciones precedentes
 y beneficiarios del trabajo de nuestros contemporáneos,
tenemos obligaciones con todos
 y no podemos desinteresarnos de quienes vendrán
 detrás de nosotros a engrandecer el círculo
 de la familia humana”
Pablo VI, Populorum progressio

 
Enormes palabras de solidaridad las que nos dejó PabloVI de su encíclica en marzo de 1967. A la vez que un toque a la responsabilidad.
Mi preocupación por el actual modelo económico, es conocido por muchas personas que realmente me conocen, de hace bastantes años. Verdadera preocupación, por este modelo económico, que no respecta a la persona. La persona pasa a un segundo plano y lo único importante son las finanzas, la adoración al dinero. Creando personas con falta de valores y llevando al individualismo. O lo que es lo mismo, al ego.
No obstante, desde que he tenido la suerte de ser padre, aún me preocupa más que tipo de sociedad estamos dejando para el futuro. Así como, el futuro de nuestra única casa, como es nuestro planeta. Si continuamos con este sistema económico neoliberal, donde se incentiva un consumo desmesurado, sin importarle que los recursos de nuestro planeta sean finitos, tratando a las personas como simples mercancías y simples fines, corremos el riesgo de la total deshumanización de la persona.
Simples fines, para la consecución de acaparar fortuna y poder para una cierta minoría, y así seguir con el dominio, manteniendo su estatus.  
Pero, quiero ser optimista. Prefiero pensar que estamos dando ese giro. Un giro que debe de empezar por educar a nuestros hijos en valores, hacerles ver que lo más importante son las personas. La persona como centro de nuestra sociedad. El respecto, la ética, la empatía, deben de ser parte de esos valores, haciendo que el futuro sea más esperanzador.
Que la persona sea el centro de nuestra sociedad, debe de ir parejo, a la solidaridad y responsabilidad para con nuestra casa común. No tenemos otra, y es obligación de todos, así como de nuestros hijos, el cuidarla y respetarla, tal y como nos indica Pablo VI, además de nuestro Papa Francisco en su encíclica Laudato Si.
Si desde nuestro entorno “micro” hacemos todo lo que esté en nuestras manos para cambiar este modelo, y somos responsables a la hora de la elección de nuestros dirigentes, siendo exigentes, con nosotros mismos en primer lugar y con los demás. Todo cambio es posible.
Como creyente, todos los días le pido a Dios que nos ayude a mi mujer y a mí, con la educación de nuestros hijos. Aunque no se trata de ser creyente o no, se trata de tener un futuro digno como personas y conservando nuestro único hogar. Esa afirmación es universal.
“La mayor parte de los habitantes del planeta se declaran creyentes, y esto debería provocar a las religiones a entrar en un dialogo entre ellas orientado al cuidado de la naturaliza, a la defensa de los pobres, a la construcción de redes de respeto y de fraternidad” Encíclica LAUDATO SI del Papa Francisco